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Pastillitas para mejorar como maestra(o)

Actualizado: 17 ago 2021

LA EDUCACIÓN QUE NECESITAMOS


Una educación que nos enseñe a vivir es la que necesitamos; más formativa. Una educación con estas características:


  1. Integral: centrada en la unidad del ser humano para armonizar mente, cuerpo y espíritu.

  2. Gradual: de los ritmos evolutivos del ser en su maduración progresiva.

  3. Positiva: basada en valores más que en prohibiciones: convicciones, más que normas.

  4. Formativa: creadora de buenos hábitos con base en el ejemplo, el estímulo y el amor.

  5. Personalizada: con la meta de lograr la unidad en la diversidad y valorar la individualidad.

  6. Comunitaria: promotora de esa convivencia pacífica que nace de la justicia social y la tolerancia.

  7. Religiosa: Abierta a lo trascendente, a una relación amorosa con Dios, los demás y la creación.

  8. Liberadora: ajena a dependencias frustrantes, amiga del sentido crítico y la libertad responsable.

Gonzalo Gallo G.


EDUCACIÓN DE CALIDAD


¿En qué consiste, pues, la educación de calidad? ¿Cuál es el objetivo primordial? ¿Qué valores debe transmitir y ejercitar? La educación de calidad implica una esmerada instrucción y un cierto grado de cultura, una formación global de la personalidad, una autonomía para dirigir la propia vida; enseña la forma de ser y de comportarse, de trabajar y divertirse, de hablar y de pensar, de estar con los demás y con uno mismo; sienta las bases para una vida sana, normal y exitosa. Su objetivo primordial es suministrar a los educandos una formación plena que les permita confortar su propia identidad, así como construir una concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración ética y moral de la misma.


Esta formación debe ir orientada al desarrollo de su capacidad para ejercer en forma crítica y en una sociedad plural la libertad, la responsabilidad, la tolerancia y la solidaridad. La educación de calidad transmite y ejercita los valores que hacen posible la vida en sociedad, especialmente el respeto de los derechos fundamentales, inculca los hábitos de respeto mutuo y convivencia democrática y prepara para la participación en las distintas actividades e instancias sociales.


Es claro que el mejoramiento de la sociedad no depende sólo de la educación. Hay aspectos que depende la aplicación de políticas ajenas al sistema educativo pero que influyen en él. Sin embargo, para que puedan cumplir su estelar papel se necesitan recursos crecientes, aumento efectivo del número de clases en el año escolar, optimizar el funcionamiento del sistema, reformar contenidos y materiales educativos y revalorar la función magisterial, pero por sobre todo es imprescindible una educación con posición ideológica y que se imparta con disciplina, normas y autoridad. Si la educación no puede estar exenta de valores, tiene que ser ideológica. Si el miedo al dogmatismo se ha proyectado en miedo hacia la disciplina y la ausencia de ésta, ha hecho tambalear las bases de la buena educación, debe recuperarse la disciplina. Si confundimos la tolerancia con la ausencia de normas, pero sabemos que la creación de hábitos supone la repetición, es necesario saberse las normas y proponerlas con convicción. Si la educación consiste en crear conductas y costumbres y en formar el carácter, el que enseña tiene que poseer la autoridad propia de quien ha tenido que formarse opiniones y criterios. Por eso, el maestro o el padre de familia tienen autoridad para enseñar y deben defenderla y responsabilizarse de ella. Urge entonces cambiar los métodos y estilos de enseñanzas y también los contenidos.


Armando Estrada







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